Ella decía no querer verlo; comenzaba a entender la distancia que los separaba.
El no pretendía comenzar de nuevo; apenas podía comprender sus decisiones.
Ella es elegante, muy delicada, esconde los miedos más incomprensibles, y tiene experiencia de dolor. Sus ironías lo hacían reír.
El sorprende los días de mil maneras distintas, siempre negó haber llorado alguna vez, y se rehúsa a hacerlo.
Ella ya no coquetea con el tiempo, no seduce los días, no disfruta de su compañía. Algo todavía le molesta, se nota por su apariencia: ya no hay delicadeza en sus pestañas, ni glamour en sus bostezos, no hay paciencia en sus mañanas, ni dulzura en sus caprichos.
El ya no encuentra motivos para despejar esa mirada perdida, no cuenta sus historias y ahora sólo guarda recuerdos. A el le incomoda el silencio, pero, aún así no es lo único que extraña de ella.
El ya no comparte con nadie, ya no le importa nada en especial, siempre fue de ideas extrañas, de una mezcla de sarcasmo y de mentiras.
Ella se enamoro, no quiso, y creyó haberlo olvidado; creyó haber seguido adelante; sus pasos eran fuertes y parecían seguros.
El es astuto, simpático y algo temeroso de sí mismo. No confía en sus actos, no pretende convencer a nadie, disimula no importarle otras opiniones.
Ella es distante, silenciosa, de sanos delirios y llena de virtudes admirables.
El se enamoro, pero, creyó haber hecho las cosas bien, creyó que la distancia no cambiaría nada.
Ellos no saben que algo puede cambiar muy pronto...
3 comentarios:
esta imagen pertenece Lino Eneas Spilimbergo, es un grabado que hizo con la tecnica de aguafuerte, para Interlunio, el libro de Oliverigo Girondo... dos grandes.
El texto esta vez tiene dedicatoria, a una grande tb, vero! querida, querete, cuidate y te adoro niña!
cele.
De Girondeana a Girondeana, yo sé que vos sabés que en los cambios está la vida.
Besos y vida.
Wooo...
¿Lo escribiste vos eso?
Interesante, muy bien redactado.
Salu2!
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