02 octubre 2007

Tras esa ventana ella sabe bien,
es consciente que dice lo que no siente,
que piensa lo que cree que no debe,
que siente lo que nunca dejo de sentir.
'Nada ansío de nada' solía parafrasear, y esta vez se echo a llorar,
a dejar que la culpa termine de llenarla de tristeza, de bronca, de celos,
de todo lo que pudo sentir por haberlo dejado ir.
Pero, más que nada es la nostalgia la que te arranca la piel esta vez;
te arden las lágrimas que te recorren el cuerpo, te queman los minutos,
te molestan las noches, las sábanas: la soledad.
Dormis de día, volves a lo mismo, todo es rutina.
Nada ansío más que tenerte, dijo esta vez.

Pleamar
nada ansío de nada,
mientras dura el instante de eternidad que es todo,
cuando no quiero nada.
Oliverio Girondo

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