Mientras se cierra la garganta y el aire de pronto se condensa y ya no se siente (no se quiere dejar entrar), se cierran también las ganas de saberse perdida y no hacer nada; crece la bronca, las ganas de desaparecer y aparecer para destrozarlo todo y que entiendas que todavía sigo acá.
A la poca paciencia y el mal humor se suman un montón de palabrotas que se dicen por que sí, porque me gusta hacer daño después de sentirme lastimada sin medir las consecuencias; por que en ese momento, no hay nadie capaz de medir las consecuencias cuando de orgullo se trata. El mío está siempre primero, porque es lo único que tengo después de vos, y porque ya no te tengo me defiendo como puedo.
Después de unas horas de llantos inconclusos, de insomnio desvelados, de buscar unas millones de posiciones para poder acostar esta soledad de estreno y encontrar al fin que la cama ya no es tan cómoda como parece, vuelvo a mi rutina o al menos hago el intento: pruebo que existan inversas y determinantes, aunque lo único determinado es que me siento nada sin vos. Y después de esperar que el teléfono suene para decirte cuán estúpida me siento y cuánto deseo que no me llames más aparecen los mensajes de perdón, y la bronca grita su presencia, las lágrimas siempre estuvieron y ya están cansadas de intentar pasar desapercibidas.
Es un día más de lo que será; aunque tenga que colgar esta increíble capacidad de sentirme en desuso y tener que aplastar estos caprichos voy a dejarlos de lado y siguiendo tu ejemplo sobre todo, voy a ignorar que te amo como a nadie.
A la poca paciencia y el mal humor se suman un montón de palabrotas que se dicen por que sí, porque me gusta hacer daño después de sentirme lastimada sin medir las consecuencias; por que en ese momento, no hay nadie capaz de medir las consecuencias cuando de orgullo se trata. El mío está siempre primero, porque es lo único que tengo después de vos, y porque ya no te tengo me defiendo como puedo.
Después de unas horas de llantos inconclusos, de insomnio desvelados, de buscar unas millones de posiciones para poder acostar esta soledad de estreno y encontrar al fin que la cama ya no es tan cómoda como parece, vuelvo a mi rutina o al menos hago el intento: pruebo que existan inversas y determinantes, aunque lo único determinado es que me siento nada sin vos. Y después de esperar que el teléfono suene para decirte cuán estúpida me siento y cuánto deseo que no me llames más aparecen los mensajes de perdón, y la bronca grita su presencia, las lágrimas siempre estuvieron y ya están cansadas de intentar pasar desapercibidas.
Es un día más de lo que será; aunque tenga que colgar esta increíble capacidad de sentirme en desuso y tener que aplastar estos caprichos voy a dejarlos de lado y siguiendo tu ejemplo sobre todo, voy a ignorar que te amo como a nadie.
2 comentarios:
me encantan aquellos escritos cargados de enojos y demas. se hacen notar, y te llevan a enojarte de algun modo.
"de buscar unas millones de posiciones para poder acostar esta soledad de estreno"
me gusto esa frase
hasta una nueva visita señora
hasta luego
GRACIAS!
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