25 enero 2009

Al borde del camino

Después de que nos desaconsejen las ganas de seguir viéndonos. Luego de que permitamos que nos corrompan algunos que otros deseos de destruirnos, de desterrar las fiestas en nuestros sueños y de llorarnos como nos manda el corazón -más allá de las conveniencias y razones que existan para odiarnos- llorarán los sueños que se dejaron acariciar por nuestros divagues; suicidios van a cometer los deseos de compartir todas nuestras sonrisas y lagrimas, de ser dueños de cada silencio y participes de cada anhelo.
Después de olvidar tu voz, tu perfume, de escuchar miles de veces esta canción que me destroza el alma y te trae una y otra vez a mi mente, desconsolados al borde del camino quedarán los besos que fueron tuyos.
Y más tarde, cuando logre aniquilar tu recuerdo y por fin de él no quede nada, sabré que lo más difícil de olvidarte es llegar a admitir en esta lucha interna que me despabila, que lo más importante en mi vida eras vos. Luego, querré demostrarle al mundo que pude sola, improvisando nuevos gestos, nuevas miradas, aunque por dentro me carcoma el llanto, me despeine la tristeza.

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