Que a mi me da lo mismo que digan o atesoren, que mi amor es mío y hago y desbarato a mi manera. Porque a mi amor lo pienso y repienso, que me planteo lo mismo y lo intento. Pero mi amor es mío y no da advertencias.
Que soy la única que resuelve, no busco un acuerdo; que soy feliz en lo improviso y en lo fraguado que es mejor si lo pienso un segundo o es atolondrado. Pero es mío y lo presto, lo comparto y es sencillo, se da a cuentagotas o de prepo en un suspiro o en un beso. 
Que a mi me da lo mismo que lo adornen con palabras, con caramelos o invenciones; que lo demuestren en silencio, con miradas o a escondidas da lo mismo si es radiante o reservado, disperso o amontonado, convincente y despejado inseguro y alborotado. Porque mi amor es polifacético y ciclotímico no entiende de tiempos ni de distancias, y a las formalidades las olvida las desestima y pretende, que si se quiere se puede.