26 febrero 2011

Ciertamente daría todo lo que tengo porque estés acá. Siento ganas de vos, te extraño como nunca, te suplico a cada instante. Y sucede que mi memoria me delata, te trae a mí porque ya no queda nada en la habitación que te sea ajeno, no hay sueños en mis noches que no te soliciten. Hicimos promesas, y se que las vamos a cumplir. Pero también confieso que me pesan los días sin vos, aunque es simple, yo me conformo con tu sonrisa día a día, esa que me deshace, que bien sabes pone mi naturaleza al revés; me basta tu mirada, que me seduce sin querer y me despoja de mi alma y, porque es indiscutible, de la misma manera me encantan tus besos en todas sus formas y sabores: en el ascensor, las escaleras, en silencio, a oscuras o en publico como si no existiera nadie mas. Y si, se puede. Porque prometo ser más que lo que suspiras, te juro solemnemente cederte lo mejor de mí, entregarte en cada beso un edén y colorearte un cielo diferente cada madrugada. Te invito mis ganas de compartir toda una vida conmigo, sos todo lo que necesito; el único que tiene mi futuro en sus manos. Te obsequio mis amores de tarde, mis nostalgias, mis soledades, mis parpadeos, mis pausas, mis te quiero, te espero, mis piedritas en la ventana, mis preguntas al azar, nuestras primeras miradas, mi corazón coraza a tientas, mis estados de ánimos desde el alma, nuestra intimidad, lo que necesito de ti, una luna congelada, mis canciones, porque nadie lo sabe pero te amo como siempre y por siempre Y después de todo, ¿como decirte adiós sino me imagino viviendo sin vos?

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