Todavía siento que me tocas, que ostentas ante ese cielo mis debilidades y que no consigo ir hacia atrás, porque en parte no quiero.
Ya no logro distinguir si no es el momento oportuno o es el instante perfecto.
Dije lo que no debía, hice lo que sentía y me enseñaste que aún hay más. No me conviene extrañarte y es que no van conmigo las lágrimas y ya no me inquietan los melodramas, ya no.
Y sucede que esos blues perpetúan esta confusión y la hacen recurrente.
Sospecho que es el error más lindo que cometí, sin embargo no te creo como antes y lamento que esto que siento este demás. Es irónico que mientras escucho the nearness of you soy la intérprete de esta distancia y tus abandonos pasan a ser continuos e insensibles mientras mis replanteos indelebles y absurdos.
Ya no puedo no sentir que no te tengo, me rehúso. Y sucede que necesito un cómplice y extraño nuestros diálogos dormidos pero, entendí tarde cuanto me equivocaba con vos.
Me arrepiento de cómo se dieron las cosas, me arrepiento de haber pensado que eras incomparable y haberlo intentado todo hasta la decepción.
Quisiera poder exiliarte porque me desgasta pensarte y lastima más tu indiferencia; y al final del día odio estos kilómetros que nos separan. Y aún así, sigo sin entender como me perdí en las reglas del juego.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario